sábado, 8 de enero de 2022

Cobra Kai cuarta temporada: el mejor final

Recuerdo que fruncí el ceño cuando leí por ahí que la cuarta temporada de Cobra Kai era la mejor de todas. Acordándome de las tres anteriores me resultaba difícil creerlo, sobre todo por esa primera temporada con un planteamiento tan fresco y original en el que el pobre Johnny Lawrence (antagonista de la película) había sido toda la vida, en realidad, una víctima del abyecto Larusso. Y las temporadas dos y tres también fueron buenas y entretenidas, enganchaban. El listón, pues, estaba muy alto. ¿Es la cuarta temporada la mejor? No me atrevo a decir tanto, pero sí pienso que es la que mejor se cierra. Y es que sus dos últimos capítulos me han dejado un sabor de boca buenísimo.

Al principio los episodios se desarrollan como siempre, con los personajes demostrando ser lo que siempre han sido. Hay rivalidad entre Larusso y Lawrence, y a John Kreese se le une Terry Silver, un viejo conocido de las películas de Karate Kid. Con todos los respetos, y sin que nadie se ofenda, Cobra Kai no deja de ser una tontería de serie en la que unos chavales que aún no han cumplido los dieciocho deciden aprender karate para poder defenderse y demostrar ser los mejores. Pero seguramente los más inmaduros son los adultos, quienes como mínimo tienen cincuenta y pico tacos y siguen viviendo el campeonato de karate local como si les fuera la vida en ello. De hecho, lo que les pasó a ellos mismos hace tantos años les ha marcado de por vida. Terry Silver, el nuevo 'vicesensei' de Cobra Kai, define el absurdo de todo esto en el primer capítulo: "acosé a un chaval de secundaria, es de locos". Y si uno se detiene a pensarlo dos segundos, pues sí, el planteamiento de toda la serie es una chorrada como una catedral. Entonces, ¿por qué engancha tanto Cobra Kai?

Nostalgia y buen guion


Pues por muchas cosas. Primero por la nostalgia. Es verdad que esto funcionaba mejor en la primera temporada en la que aún no se había estirado tanto el chicle, pero aun así la nostalgia y un pasado traumático y no resuelto entre los personajes siguen siendo fundamentales. Os confieso que he acabado del señor Miyagi hasta los pies (descanse en paz) por culpa de Daniel Larusso, que no para de recordarlo durante la serie, pero al final vemos que es lo que requería el guion. Como siempre, de vez en cuando se nos recuerda lo que pasó en las películas de Karate Kid, en esta ocasión sobre todo para caracterizar al nuevo personaje Terry Silver. También vemos momentos del señor Miyagi con Larusso, y algún pequeño fragmento de la tan recordada final en la que Kreese ordenó a Lawrence no tener piedad. Todo eso, en realidad, lo hemos visto ya hasta la saciedad pero me atrevería a decir que esta vez tiene más sentido que nunca.

Porque no se trata de nostalgia para los fans y ya está, sino que son escenas de las películas originales que son fundamentales para entender la historia que se desarrolla en esta cuarta temporada. Y es que lo que me ha gustado es eso: ese conjunto, ese desarrollo de personajes que tan bien se cierra aquí. En esta cuarta temporada veremos un cambio en muchos personajes, una evolución que parece por fin cerrar conflictos que se gestaron hace tanto tiempo. En cuanto a desarrollo y evolución de personajes, la cuarta temporada de Cobra Kai es sin duda la mejor.

Daniel Larusso y Johnny Lawrence colaboran

Los diez capítulos tienen como telón de fondo el All Valley, torneo de karate en el que se decidirá qué dojo es el mejor. Por primera vez Daniel Larusso y Johnny Lawrence se unen para derrotar a Cobra Kai, lo que les obliga a colaborar. Por supuesto esto no será un camino de rosas, y a veces será imposible. Pero no queda otro remedio que trabajar codo con codo, porque si pierden deberán cerrar sus dojos. Los jóvenes también tendrán sus conflictos y su desarrollo, con una Tory Nichols con más protagonismo que antes, pero también con Miguel, Robby Keene, Samantha Larusso y Halcón (¿o debería decir Eli?). A estos se les unen esta temporada algunas caras nuevas, entre las que destaca Kenny, el típico chavalillo que quiere aprender karate para defenderse de los abusones (malditos Larusso abusones, ejem).

En esta cuarta temporada de Cobra Kai se abordan varios temas. Uno de ellos es la apertura de miras y no aferrarse a que lo propio es siempre mejor que lo del prójimo. Porque a veces lo que necesitamos es hacer las cosas de manera diferente y es necesario aprender de los demás, por muy mal que éstos nos caigan. También se toca el tema del bullying pero de una manera original, pues en esta ocasión el acosador es quien menos podríamos pensar que lo es. O sea que los que parecen los buenos quizá no sean tan buenos, y los malos seguramente no lo sean tanto. Salvo alguna excepción, claro, porque hay gente que no tiene remedio y ya está. Cobra Kai también nos transmite lo inútil que es odiar.

Veredicto bigotudo

Resumiendo, la cuarta temporada de Cobra Kai me ha gustado. Los primeros capítulos me parecían más de lo mismo y, aunque eran entretenidos, no me terminaban de emocionar. Pero mi opinión ha cambiado radicalmente gracias a los dos últimos episodios. Esta temporada es la que mejor se cierra de todas, e incluso a veces tiene pinta de que la serie se va a terminar, pues cierra conflictos que se habían originado incluso durante la primera temporada. Por suerte, habrá quinta temporada, tal y como se encargan de avisar (por si pareciera lo contrario) con un mensaje en pantalla en cuanto termina el último capítulo de la cuarta temporada. ¿Es esta temporada la mejor de todas? No lo sé, pero sí es la que mejor cierra las tramas.

Cuatro bigotes para la cuarta temporada de Cobra Kai.


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