lunes, 13 de febrero de 2023

Escupiré sobre tu tumba: violación y venganza

Uno de los problemas de Prime Video es que cuesta encontrar películas que merezca la pena ver. Hay que bucear un buen rato en su contenido para dar con algo que a uno le satisfaga. En su día pensaba que esto se debía a que, directamente, no había productos interesantes en esta plataforma de streaming. O sea, que el contenido en cuanto a largometrajes era una m*****. Pero estaba equivocado. Películas hay, de sobra, pero hay que encontrarlas. De hecho, por aquí ya reseñé hace poco Sound of Metal (reseña aquí) y Bolsa de cadáveres (reseña aquí), dos cintas que disfruté mucho y que podéis ver con vuestra suscripción de Prime Video.

El caso es que hoy vengo a hablar de "Escupiré sobre tu tumba" (2010), otra película que está en Prime Video y que merece la pena. Es dura, cruda, sangrienta, enferma y atroz. Se me agotan los adjetivos, pero supongo que basta con decir que hay que tener un buen estómago para verla. En serio, no es para todo el mundo. Y aun así me ha gustado mucho, lo que no sé en qué lugar me deja exactamente. ¿Estaré enfermo? Pues no lo sé, pero la película de Steven R. Monroe engancha, absorbe y te adentra de lleno en la historia de venganza de Jenniffer Hills. Como digo, es muy dura, pero si ya estáis habituados a este tipo de cine escabroso, truculento y gore, deberíais verla sin dudarlo.

La venganza de Jenniffer Hills

El film nos cuenta la historia de Jennifer Hills (Sarah Butler), una chica de ciudad que alquila una aislada cabaña en la montaña para escribir su última novela. Una terrorífica tarde, un grupo de hombres del lugar viola a Jennifer en la cabaña y la dejan prácticamente muerta. Pero la chica sobrevive, y consumida por la venganza, les devolverá sus actos atroces de una manera que nunca llegarán a imaginar.

"Soy una chica muy creativa".
Como podéis ver en la sinopsis, el argumento de "Escupiré sobre tu tumba" no es el más original del mundo. Una chica es violada y se venga. ¿Y ya está? Pues sí... Pero en realidad no. Porque aquí, aunque la sinopsis nos destripe la película de cabo a rabo, lo que importa es la sensación que nos transmite la cinta. Y ver la historia de Jenniffer Hills, con la violación que sufre y con su posterior venganza, me ha hecho sentir incómodo, mucho. Incluso he tenido que apartar la mirada en alguna ocasión.

La película de Steven R. Monroe tiene muchas cosas buenas. Una de ellas es que se toma su tiempo, unos largos cincuenta minutos, para que odiemos a los paletos malnacidos que violan a Jenniffer. Esos personajes, tanto los jóvenes como el sheriff, son lo más despreciable que puede existir, y la película lo transmite a las mil maravillas.  Los jóvenes desprenden energía oscura desde ese primer instante en la gasolinera, y enseguida vemos que no se harán acreedores al Nobel de la Paz. Está claro que no son trigo limpio y que a la pobre Jenniffer le van a amargar la existencia. Por supuesto, nuestras sospechas se confirman, y los chicos, a los que se une el sheriff del pueblo (los bigotudos siempre son los peores) violan a Jenniffer en una larga escena que el espectador desea que termine cuanto antes.

No sé exactamente cuánto dura la escena de la violación, pero os confieso que se se me hizo larga, muy larga. Y es que uno desea que el sufrimiento de la pobre chica termine cuanto antes. ¿Cuándo la dejarán en paz?, nos preguntamos. Sin embargo, las cosas se ponen cada vez peor, y al final Jenniffer parece haber muerto (aunque ya sabemos que sigue vivita y coleando gracias a la maravillosa sinopsis). Y por fin la escena termina y podemos respirar. Seguro que más de uno, llegado a este punto, creyó que lo peor y más desagradable de la cinta ya había pasado. Pero nada más lejos de la realidad, porque lo bueno (o lo más terrorífico, según se mire), está por llegar.

Una película para estómagos sólidos

Quien ríe último ríe mejor.
Suele decirse que la venganza es un plato que se sirve frío. Pues bien, en el caso de Jenniffer Hills la venganza es lo más brutal que os podáis imaginar. Porque, ¿qué es lo más bestia y sádico que un ser humano le puede hacer a otro? Pensad, pensad... Seguro que tenéis vuestras ideas, y estoy convencido de que más de una me sorprendería. Sin embargo, creedme cuando os digo que las de nuestra protagonista son peores. O mejores, todo depende del punto de vista. Y es que Jenniffer, como buena escritora, es una chica muy creativa.

La mejor parte de la película llega cuando los infames violadores comienzan a sentir ese agobio, esa angustia que les indica que las cosas no han salido como les gustaría. El sheriff no quiere dejar cabos sueltos y ordena a los chicos peinar toda la zona hasta encontrar el cadáver. Mientras tanto, Jenniffer los asusta y los desconcierta: les deja un pájaro muerto en casa, les envía una copia de la cinta en la que se ve cómo la violaron... Son varios sustitos con los que disfrutamos de lo lindo, pues apreciamos que las tornas están cambiando. ¿O es que estos tíos de verdad pensaban que se iban a ir de rositas? Já.

Y entonces Jenniffer pasa a la acción, y lo hace siguiendo un curioso orden de jerarquía y sadismo. La joven empieza a cobrarse su venganza con Matthew, un chico retrasado que sin duda es el que menos poder decisión tenía en la banda de violadores. No diré que la muerte que Jenniffer elige para él es suave, porque no lo es. Pero comparada con las que están por venir es un juego de niños. Eso seguro.

Creatividad al poder

Con lo caro que está el dentista...
El festival comienza con el resto de ejecuciones y, como decía, Jenniffer Hills demuestra ser una chica muy creativa a la hora de matar. Insisto en que la joven se ensaña y en que, si queréis ver la película entera, tenéis que estar preparados. Fue durante estas escenas cuando tuve que cerrar los ojos alguna vez. ¿No es demasiado? Me pregunté. Pero no, no lo es, porque la cinta de Steven R. Monroe se toma sus cincuenta minutos iniciales para que odiemos a esa gente que al final sufre.

La única pega que le pongo a "Escupiré sobre tu tumba" es que tiene un final que no resulta verosímil. Que una chica que acaba de ser violada se recupere de esa forma y planee y consiga llevar a cabo sus asesinatos de una manera tan perfecta y milimétrica no es creíble. Pero, ¿qué más da? Esto es terror, esto es gore, y la excusa para cargarse a toda esa gente es perfecta. Solo resta disfrutar (o sufrir) con el espectáculo.

Lo que está claro es que "Escupiré sobre tu tumba" me ha enganchado de principio a fin, y eso no lo consiguen todas las películas. Ni mucho menos.

Cuatro bigotes para "Escupiré sobre tu tumba".


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