domingo, 15 de enero de 2023

Sound of Metal: también hay cine serio en Prime Video

A estas alturas de la vida todos sabemos que las plataformas de streaming son un arma de doble filo: tienen basura a mansalva -para dar y regalar, de hecho-, pero de vez en cuando nos ofrecen productos que merecen la pena. Hoy estáis de suerte, pues no os vengo a hablar de ninguna genialidad del estilo de Croczilla o Los payasos asesinos del espacio exterior. No, los que veníais a eso -que os conozco- tendréis que esperar a que me encuentre más inspirado. Hoy me acaricio el bigote, saco pecho y me pongo solemne. Incluso estaba pensando en ponerme la corbata. Porque hoy hablo de algo bueno y con mensaje.

Sound of Metal es una de las mejores películas del catálogo de Amazon Prime Video, de esas que encontraréis en cualquier listado de mejores películas de esta plataforma. Es de 2019 y la tenía pendiente, pero ya me he quitado la espinita. Y sí, Sound of Metal es una película que merece la pena ver.

Un sordo con mucho ritmo (jiji)

La cinta de Darius Marder nos narra la historia de un joven batería de una banda de música que pierde la audición -en cuanto veáis el primer concierto de la película entenderéis el motivo-. Como suele suceder con este tipo de desgracias, al principio Ruben -Riz Ahmed- no termina de creérselo y se somete a una serie de análisis que le confirman que efectivamente se ha quedado sordo. Su vida cambiará por completo y tendrá que iniciar un viaje de superación lleno de verdad, impotencia y serenidad.

Lo que más me ha llamado la atención de Sound of Metal es lo bien que transmite la impotencia que uno puede sentir al quedarse sordo. La película de Darius Marder juega con el sonido todo el tiempo. Cuando nos pone en la piel de Ruben, todo se distorsiona, se emborrona y no se entiende nada: solo se oyen sonidos confusos y lejanos, y vemos la cara de póker de nuestro protagonista que, como es normal, termina poniéndose nervioso a menudo. Pero por otro lado, cada vez que es necesario la cámara se aleja, y entonces vemos la escena desde un punto de vista objetivo con un sonido claro y nítido para que nosotros, que tenemos el privilegio de contar con una audición sana y fuerte, podamos enterarnos de lo que está pasando. Por tanto, enseguida empatizamos con Ruben y nos percatamos de la auténtica dimensión de su problema. Porque sí, si Sound of Metal nos deja clara una cosa es que quedarse sordo es una put*** de las gordas.

Pero la cinta de Darius Marder no se limita a eso: quedarse sordo es una desgracia, sí, pero conviene asumir la realidad. La evolución de Ruben no va a ser un camino de rosas: esto no es Disney y Ruben lo va a pasar mal, va a tener que alejarse de su novia y aprender a vivir como una persona sorda. Va a hacer un gran sacrificio que le llevará a un lugar diferente, a un estado distinto. Lo bueno de Sound of Metal es que, a pesar de todo, transmite un mensaje de serenidad, de que la propia experiencia de tu vida es la que te hace entender y cambiar de actitud. Y es que no aceptar la realidad es lo que nos hace sufrir -y bueno, quedarse sordo de un día para otro también puede influir un poco-.

La difícil misión de aprender a ser sordo

Sound of Metal tampoco transmite la idea de que ser sordo conlleve ser infeliz. De hecho, nada más lejos de la realidad. Ahí tenemos esa comunidad que convive con otros códigos, con otra manera de relacionarse y comunicarse, pero capaz de correr, saltar y reír. Faltaría más. Lo que sucede es que la película se centra en el proceso, en ese viaje de asimilación de que tus cartas han cambiado y de que de ahora en adelante la manera de jugar tendrá que ser irremediablemente otra. De ese viaje y de esa aceptación es de lo que habla la cinta de Darius Marder.

La película también toca otros temas. Por ejemplo, el negocio de la salud: someterse a una operación y recuperar la audición cuesta en la película la friolera de entre 40.000 y 60.000 euros, y además el resultado de la intervención puede no ser lo eficaz que uno esperaría tras pagar semejante suma de dinero. De hecho en la película el resultado deja bastante que desear, lo que lleva a Ruben a un nuevo desengaño que tendrá que afrontar.

Pero si hay una cosa que hace bien Sound of Metal es transmitirnos la idea de que Ruben se está enfrentando a perderlo absolutamente todo. Todo lo que a él le importa, quiero decir. No me canso de leer precisamente eso en todos los manuales de escritura de ficción: que el protagonista debe enfrentarse a la pérdida de lo que es más importante para él. Es un mantra que se repite hasta la saciedad y que no por ello es menos cierto. Sin embargo, eso no significa que sea fácil mostrarlo con tanta claridad como lo hace esta película. Porque, ¿acaso hay algo más relevante para Ruben que su novia Lou -Olivia Cooke- y su grupo de música? Pues claro que no, y Riz Ahmed se encarga de transmitirnos su desasosiego con una gran actuación.

Pues eso que, como decía arriba, Sound of Metal es una película que merece la pena ver. Cuatro bigotes para ella.


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