viernes, 31 de diciembre de 2021

Vinland Saga (anime)

Allá por 2019 se estrenó el anime Vinland Saga en Prime Video. Reconozco que no he leído los cómics de Makoto Yukimura, pero como los animes me suelen gustar y la historia también me interesa, hace poco decidí dar una oportunidad a este anime de vikingos. Lo que me pregunto ahora, llevándome las manos a la cabeza cada vez que lo pienso, es por qué. Por qué demonios tardé tanto en ver esta gran serie. Y es que es, sin duda, de lo mejorcito que he podido ver este 2021.

Como decía, Vinland Saga es un anime histórico. Ambientado en el siglo XI, nos cuenta la historia de Thorfinn, hijo del gran guerrero vikingo Thors. Un día el padre de Thorfinn es asesinado, por lo que el pequeño jura vengar la muerte de su padre. Thorfinn no cejará en su empeño hasta batirse en duelo y matar a Askeladd, el asesino de Thors.

Contado así, Vinland Saga parece una historia simple, la típica trama de venganza. Pero nada más lejos de la realidad. Vale, es cierto que el argumento no es lo más rebuscado del mundo, pero tampoco hace falta que lo sea. Porque la complejidad de Vinland Saga, lo realmente interesante, llega a través de sus personajes.

Un anime a fuego lento

Vinland Saga es un anime que se cuece a fuego lento. Durante los primeros capítulos, aunque suceden cosas bastante impactantes, el ritmo es pausado. Conoceremos a Thors, a Thorfinn, a su familia. La vida parece tranquila en esa aldea fría y nevada hasta que los jomsvikingos (mercenarios vikingos) deciden hacer una visita al bueno de Thors. Es entonces cuando los problemas llaman a la puerta y todo se empieza a desencadenar. Si tenemos paciencia terminaremos cayéndonos dentro de la historia. O, mejor dicho, los conflictos de los personajes terminarán atrapándonos.

El anime se centra en Thorfinn, un niño que siempre está enrabietado y lleno de odio, incapaz de olvidar y perdonar el asesinato de su padre. El objetivo del joven está claro durante toda la serie, y seguramente esa rabia (además de los genes de Thors, que para algo era el vikingo más fuerte) es la que lo termina convirtiendo en un guerrero temible. Asistiremos a su evolución como guerrero. Thorfinn empieza siendo un niño incapaz de blandir un cuchillo y termina... Bueno, eso es mejor que lo veáis.

Porque sí, Vinland Saga tiene batallas, duelos, chorros de sangre, miembros cercenados y todo lo que uno espera ver en un anime épico. Y da gusto ver cada una de esas escenas, su brutalidad y su crudeza. Cuando hay acción, los minutos pasan volando y disfrutamos de lo lindo. No lo pasaba tan bien con un anime épico desde que vi Berserk, y esto es mucho decir.

Personajes que enganchan

Pero como también pasa en Berserk, lo bueno son los personajes. En Vinland Saga, además de a Thorfinn, tenemos al Príncipe Canuto (sí, vaya nombrecito), otro personaje redondo con problemas familiares y personales. ¿Y si un príncipe que debería ser un líder es incapaz de hablar a nadie por timidez y mucho menos de hacerlo en público? Menudo lío. Bueno, pues ahí tenemos a Canuto.

Pero si hay un personaje fascinante en esta serie, ése es Askeladd. Un tipo inteligente, un gran guerrero, vil y despiadado que, a pesar de todo esto, parece tener su particular código de conducta. Es un personaje descarnado con tantas aristas que no sabemos por dónde nos puede salir la próxima vez. Es un líder, pero también conspirador, pero también cruel, pero también listo, pero también... En fin, Askeladd es un personaje complejísimo, seguramente el mejor de este anime.

Y luego están los secundarios, también muy trabajados. Me ha encantado Thorkell, un gigante rubio que ama luchar por encima de todas las cosas y que pone a prueba las habilidades de Thorfinn. Es un gran guerrero, seguramente el más fuerte después de Thors. También tenemos otros secundarios interesantes en la serie, como el rey Sweyn o el segundo al mando de Askeladd, el guerrero Bjorn, capaz de entrar en modo Berserker y perder los estribos hasta límites insospechados.

Resumiento, que me ha encantado Vinland Saga. Va a su ritmo, tiene un buen desarrollo de personajes y cuenta con buenas escenas de acción. Es brutal, sangrienta y descarnada. Su punto fuerte son los personajes. Y además, está muy bien hecha.

Cinco bigotes para Vinland Saga.




martes, 28 de diciembre de 2021

Joyland (Stephen King)

Se suele llamar a Stephen King 'el rey del terror'. Y no seré yo quien diga que no se ha ganado a pulso ese apodo, pero quedarnos tan solo con esa faceta suya sería injusto para el escritor de Maine. Porque Stephen King es un gran escritor, capaz de contar historias de terror, sí, pero también de crear otro tipo de obras. Llamémoslas de misterio, sobrenaturales o incluso costumbristas. Da igual. El caso es que King es mucho más versátil de lo que su habitual apodo indica. Lo demuestra con Joyland, una novela corta que no es de terror pero que tiene cierto toque sobrenatural y un tono nostálgico que nos tiene pegados a sus páginas. Una novela precisa, redonda y que transmite.

Joyland cuenta la historia de Devin Jones, un joven de veinte años que decide trabajar un verano en un parque de atracciones. El protagonista ya tiene sus propios problemas amorosos cuando empieza a trabajar en Joyland, donde hace años se cometió un asesinato y donde, según cuentan, de vez en cuando se aparece el fantasma de la chica asesinada. A Devin Jones se le mete entre ceja y ceja que quiere ver al fantasma, y no parará hasta descubrir quién asesinó a la pobre chica.

Joyland es buena por muchas cosas. Por ejemplo, por lo precisa que es. Se suele acusar a Stephen King de irse por los cerros de Úbeda en varias de sus novelas, pero aquí eso no pasa. La novela tiene 304 páginas y se lee en unas pocas sentadas. Todo está por algo y uno no tiene la sensación de estar leyendo paja. Y es así hasta la última palabra.

Pennywise en la película IT.
El tono de la novela es otro de sus puntos fuertes. Cuando uno se sumerge en sus páginas, Joyland nos lleva directos a la mente y al corazón de un joven americano de los años setenta. Escrita en primera persona del singular, la novela de Stephen King es capaz de humedecernos los ojos a veces, y de que contengamos la respiración en otras ocasiones. Entendemos al protagonista, empatizamos con él. Podemos vernos reflejados en algunas de sus experiencias, sentimos como propias varias de las putadas que le toca vivir, y la lectura es tan fluida que somos capaces de ver lo que sucede.

Además de todo esto, lo que hace que sigamos leyendo es que hay varios misterios por resolver. ¿Quién asesinó a Linda Gray? ¿Será verdad que el fantasma de la joven se sigue apareciendo en la Casa Embrujada? Pero también nos interesan los problemas de Devin Jones. ¿Superará su fiasco amoroso?

En Joyland conoceremos el día a día de un parque de atracciones de los de toda la vida, con sus norias, sus videntes y sus casas embrujadas. Veremos a Devin Jones bailar disfrazado de perro, asistiremos a los efectos del desamor y viviremos la parte más dura e injusta de la vida. Quizá sin quererlo, Stephen King nos trae un buen puñado de lecciones a través de las experiencias de Devin Jones.

Pero supongo que lo que más me impresiona de Joyland es lo perfecto que cuadra todo. Es como si el libro estuviera escrito antes incluso de escribirse, como si la historia ya existiera y Stephen King se hubiera limitado a depurarla para nosotros. Se lee tan fácil y uno entiende tan bien los sentimientos del protagonista, que nos zambullimos en las páginas del libro sin apenas esfuerzo. No son muchos los libros capaces de transmitir tantos sentimientos en tan pocas páginas. Será por el tono, por la nostalgia, por lo que implica hacerse mayor. O porque Stephen King es muy bueno.

Cinco bigotes para Joyland.