El mejor de los tres siguientes capítulos es sin duda el sexto. ¡Tremendo! El cuarto y el quinto son buenos, entretenidos, con Vox Machina enfrentándose a las piedras que los Frondespino les ponen por el camino. Pero el sexto me ha dejado un sabor de boca buenísimo. ¡Lo he disfrutado como un enano! Lástima que haya que esperar otra semanita para ver cómo sigue el asunto. Aguardaré con ansia.
Cuidadito a partir de aquí, os aviso que si seguís leyendo y no habéis visto los capítulos os vais a comer un spoiler tras otro. Que si os da igual, a mí me parece fetén. Como digo, The Legend of Vox Machina me está gustando mucho, y del cuarto al sexto capítulo pasan cosas muy gordas. ¿Cómo de gordas? Os cuento.
Los Frondespino contra The Legend of Vox Machina
Percival es un pistolero con gafas que ha mantenido oculto su traumático pasado al resto de miembros de la banda. Pero ese pasado va a buscarlo un día, y se lía parda. Delilah y Sylas son los Frondespino (creo, o Briarwood), asesinaron a toda la familia de Percival y tienen el alma más negra que el café que me hago por las mañanas. Son malos y poderosos, y lo demuestran sembrando el caos en una cena protocolaria que Vox Machina estaba teniendo con el rey y su séquito por haber acabado con aquel poderoso dragón. Que aunque ya nadie se acuerde de él, a mí me parece que fundirse a un dragón del tamaño y la mala leche que tenía éste no lo hace cualquiera. Pero bueno, el caso es que estos dos villanos han irrumpido para sembrar el caos y la destrucción, y Sylas es tan ruin que incluso muerde como un vampiro. ¿Se puede caer más bajo?
Afortunadamente para Vox Machina, y a pesar de haber sufrido unas cuantas heridas en la refriega (como dos abyectos agujeros en el cuello), todos han sobrevivido. Que teniendo en cuenta cómo se las gastan los Frondespino no es moco de pavo. Lo malo para nuestros protagonistas es que su comportamiento no ha hecho demasiados amigos, y los castigan confinados en su fortaleza. ¿Y entonces llega el aburrimiento? ¿Se ponen a ver series y a dar saltos en dos metros cuadrados como hicimos nosotros durante el confinamiento de 2020? Pues no, ellos no sufren tanto. Porque resulta que Vox Machina tiene un libro que los Frondespino ansían, lo que hace que los dos villanos esbocen una sonrisa malévola aunque hayan cometido un error. Han perdido el libro, pero ellos tienen recursos y lo van a volver a demostrar.
Y lo demuestran. Los Vox Machina están separados en cuartos diferentes por haber intentado huir, y justo entonces unas oscuras y terroríficas criaturas atacan la fortaleza. Da gusto verlas en acción: se acercan a los guardias, los poseen y les provocan una sangre negra que da bastante mal rollo. Los monstruos dejan cadáveres allá por donde van, todo son gritos estridentes y muertos a su paso. Entonces se encuentran con Percival y compañía y se lían a mamporros.Como digo, la acción no tiene desperdicio, con una animación que provoca una mezcla de asco y angustia. Eso de que posean a alguien nunca lo he llevado demasiado bien, a pesar de haberme visto la primera temporada de The Exorcist (qué bien traído). Pero Vox Machina demuestra que lo de cargarse a aquel dragón gigante no fue casualidad, y al final consiguen deshacerse de las hostiles criaturas.
Eso sí, parece haber quedado claro que los Frondespino son un problema que hay que erradicar cuanto antes, y por eso Percival decide marcharse a Piedra Blanca. El resto de miembros del grupo lo acompaña, salvo Pike, la clérigo gnomo que tiene sus propios problemas.
Y allá que van. Se agencian un carro que Percival conduce con diligencia y los hermanos semielfos compran agua bendita para enfrentarse a los Frondespino. Que al parecer son una especie de vampiros / nigromantes chungos. Calaña de la mala, eso está claro.
Lady Frondespino les vuelve a tender una emboscada (recordad que quería recuperar el libro a toda costa) y una especie de perros salidos del inframundo, oscuros y sedientos de sangre, atacan a Vox Machina. Y oiga, la jugada sale bien a los Frondespino, pues consiguen recuperar el libro sin mayores esfuerzos. La persecución y los combates vuelven a ser de lo más entretenidos. ¿Soy yo, o la música a veces se parece a la de Indiana Jones? En fin, no me hagáis mucho caso.
Sexto capítulo de The Legend of Vox Machina: el mejor de los tres
Lo mejor llega con el sexto capítulo. Nuestros amigos llegan a Piedrablanca, ciudad que Percival recordaba como un vergel luminoso y lleno de vida y naturaleza. Pero ya se sabe que las cosas suelen cambiar con el tiempo: por ejemplo, en la tele ya no echan Sálvame, ni Saber y ganar, ni... Ups. Bueno, admito que hay cosas que nunca cambian. Pero Piedrablanca sí ha cambiado. Tanto, que ahora es un lugar oscuro y siniestro, sus habitantes viven con miedo encerrados en casa y toda disidencia es eliminada. La típica democracia. Unos gigantes azules patrullan la ciudad y reparten sopapos cuando consideran que hace falta. Pensándolo bien, yo también me quedaría en mi casa.
El caso es que los Frondespino gobiernan Piedrablanca con mano de hierro, y el ambiente que se vive en la ciudad no es demasiado festivo. Olvidaos de bailes callejeros, verbenas, conciertos y carnavales, que sé que los estabais esperando. Las sonrisas y la felicidad brillan por su ausencia, pero aun así en Piedrablanca existe una resistencia que quiere cambiar las cosas (que digo yo que qué manía tienen algunos de querer cambiar las cosas cuando todo marcha tan bien, ¿eh?). Y casualidades de la vida, el líder de la resistencia es Archivald, un viejo amigo de nuestro Percival. Pero resulta que los Frondespino lo acaban de capturar.
Y es ahí donde tenemos el lío. ¿Quién mejor que Vox Machina para rescatar al líder de la resistencia? Con él quizá sean capaces de enfrentarse con éxito a los abyectos y poderosos Frondespino. Por eso Percival y compañía cogen el toro por los cuernos y se dirigen a la fortaleza. Y todo parecía ir bien hasta que se encuentran con los rebeldes, que se han pasado a echar una mano y también están dentro de la prisión. Con tanta gente dentro, los guardias oyen algo y ya la tenemos montada: a liarse a mamporros.Y toda esta parte del capítulo es un disfrute continuo, con una gran animación y, sobre todo, con un diseño de personajes que es una delicia. The Legend of Vox Machina vuelve a demostrar que no se corta un pelo en lo que a violencia se refiere. Me ha impactado una escena en concreto, con un mazo gigante haciendo un trabajo impecable al golpear en una cabeza. Las consecuencias os las podéis imaginar. También me ha encantado ver a Percival convirtiéndose en un tipo muy peligroso, con cara de loco y sediento de venganza. ¿Le traerá problemas perder los estribos de esa manera? Veremos.
El final del capítulo tiene un girito que nos deja con ganas de más. Digamos que la motivación de Percival era la venganza (cosa que me sirve desde el minuto uno) pero ahora tiene alguna más. El sexto episodio de The Legend of Vox Machina es un capitulazo, y aun así da la sensación de que lo mejor todavía está por llegar.
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