viernes, 4 de marzo de 2022

Un poco de odio (Joe Abercrombie)

Joe Abercrombie lo ha vuelto a hacer
. Mientras leía Un poco de odio me alisaba el bigote, lo cogía entre el ídice y el pulgar, le daba vueltas y después lo volvía a dejar como estaba. Repetía la operación una y otra vez. Y claro, mi mejor arma de seducción no quedaba como al principio. En fin, es lo que tiene leer al escritor inglés: siempre me revoluciona el bigote, y esto solo me sucede con las mejores lecturas. Con Un poco de odio lo he pasado en grande, así que podéis imaginaros el estado de mi bigote.

Un poco de odio es la primera parte de la trilogía La era de la locura. Treinta años después de lo sucedido en la trilogía de La Primera Ley el mundo está cambiando. Ha llegado la industrialización, y las desigualdades se acentúan. Explotación laboral, miseria, hambre. Entre los obreros se habla del gran cambio, y entre propietarios y nobles las palabras son progreso y oportunidades. En este mundo a caballo entre el cambio y las viejas costumbres norteñas seguiremos los pasos de los descendientes de los protagonistas de La Primera Ley: Savine dan Glokta, Rikke, el príncipe Orso, Leo dan Brock y Stour Ocaso. También tendrán su hueco algunos viejos conocidos, ahora envejecidos y con otra perspectiva vital, y algún nuevo e interesantísimo personaje.

Revolución industrial y guerra en el norte


Uno de los principales focos de conflicto lo tenemos en Valbeck, una gran ciudad que está cambiando el mundo demasiado rápido. Abundan las fábricas, el hollín y el hambre. Todos quieren trabajar en la gran ciudad pero pocos consiguen vivir dignamente. Las jornadas son eternas y las condiciones laborales son criminales, y los niños trabajan explotados y los obreros sufren accidentes laborales. Duermen seis o siete personas en una habitación. Lo llaman progreso porque se produce más rápido, pero el pueblo está cansado. 

La situación genera un descontento que se canaliza a través de Los Rompedores, el grupo que pretende impulsar una revolución que traiga el Gran Cambio. Y por supuesto, la revuelta termina estallando. Asistiremos entonces a una parte del libro que me dejó sin aliento. Por todo lo que sucede y por la crudeza de lo que pasa. No pude parar de leer hasta que terminé esa parte del libro, y entonces necesité un rato para digerirlo, pues el ritmo es vertiginoso. Joe Abercrombie utiliza aquí una manera de narrar que ya vimos en Los Héroes, siguiendo el punto de vista de un personaje hasta que se enfrenta con otro. Y entonces el punto de vista pasa a ser el del nuevo personaje. Da la sensación de estar viendo una película.

El otro conflicto lo tenemos en Angland, territorio que Stour Ocaso, sobrino de Calder el negro, quiere recuperar para los norteños. Pero Leo dan Brock también quiere ser un héroe, y tratará de defender el norte con uñas y dientes para que su nombre quede escrito junto a los de los grandes guerreros de la historia.

Joe Abercrombie y su humor sarcástico


Lo que más me ha gustado de Un poco de odio es el tono de Abercrombie. Me encanta su humor sarcástico y cómo ridiculiza a los personajes. Y ojo, porque aquí hay para todos: el séquito de guerreros que acompaña a Stour Ocaso, que desean parecer gente ruda y dura, pero que percibimos como niñatos con ínfulas; el propio sobrino de Calder diciendo que quiere ser como Nueve el Sanguinario y que, aunque puede ser un buen guerrero, todos sabemos que solo existe y existirá un único Logen Nuevededos; los propietarios de las fábricas hablando de progreso mientras están explotando laboralmente a niños porque es más rentable; algunos revolucionarios, que hablan del gran cambio pero se dedican a destruir, quemar y asesinar. Etcétera. La ironía y las contradicciones de la vida están en el libro todo el tiempo, lo que hace que sea un disfrute continuo leer sus páginas.

Todo esto lo percibimos a través de los diálogos, uno de los puntos fuertes del escritor inglés. Recuerdo a Abercrombie afirmar en una entrevista que suele disfrutar más escribiendo diálogos que escenas de acción. Y eso que las batallas del autor inglés son geniales, pero sus diálogos son todavía mejores. Tienen humor, verdades crudas y frases que vale la pena recordar. Como siempre me pasa con este escritor, no he podido evitar subrayar unas cuantas.

El otro punto fuerte de Un poco de odio son los personajes. Y es que Joe Abercrombie vuelve a destacar en este apartado. Hay viejos conocidos como Glokta, el Sabueso, Jezal, Calder y Scale,  Finree, Caul Escalofríos, Trébol y Wonderful. Es muy interesante ver la evolución que han tenido todos ellos después de treinta años. Y claro, el libro se disfruta más si previamente se ha leído la trilogía de La Primera Ley y algún otro libro como Los Héroes, pero no es imprescindible haberlo hecho. Abercrombie va explicando y recordando lo que el lector necesita saber para entenderlo todo.

Una nueva generación de protagonistas


En Un poco de Odio los protagonistas son los descendientes de esos viejos conocidos: Savine, la hija de Glokta, una mujer rica cuyo objetivo parece ser ganar dinero sin límite; Rikke, la hija del Sabueso, una joven que ha sido bendecida con el ojo largo, una especie de don que le permite ver el futuro; Orso, el príncipe heredero del Rey Jezal, cuya reputación es la de un borracho mujeriego; Stour Ocaso, el hijo de Scale que quiere ser como Nueve el Sanguinario; y Leo dan Brock, el joven león, un impetuoso guerrero que desea ser recordado como un héroe. Son todos tan interesantes que no podría decantarme por uno solo. ¿Mis favoritos? Savine, Orso y Stour Ocaso.

Pero me dejo un par de nuevos personajes que también me han encantado. Toro Broad, un tipo impulsivo que impone porque sabe luchar como nadie. Pero como pierde los papeles con facilidad, ha tenido más problemas de los que le gustaría. Y luego está Vick, uno de los mejores personajes de la novela. Es una chica que sufrió mucho en los campos y que parece capaz de cualquier cosa con tal de que sus condiciones de vida mejoren.

Como decía, la novela toca temas como la industrialización y las desigualdades que genera el progreso. Como dijo Terry Prachett y como se cita en Un poco de odio, "el progreso solo significa que las cosas malas suceden más deprisa". Esta idea está en la novela todo el tiempo. Abercrombie se declara fanático de la industrialización, y es llamativo lo bien que encaja un período tan avanzado en un mundo fantástico en el que también hay guerreros norteños y algún que otro mago.

También se toca el tema del fanatismo. Y aquí no se salva nadie. Abercrombie no se corta a la hora de poner de relieve las desigualdades y la miseria que provocó la industrialización, pero también es muy crítico con los revolucionarios fanáticos que desean quemar en la hoguera a cualquiera que se ponga delante, sea quien sea. Lo curioso es que los que terminan saliendo peor parados son los razonables, los dialogantes. Porque parece que en un mundo de extremos lo más peligroso es ser equilibrado.

La importancia de los personajes femeninos


Otro aspecto a destacar es el papel de los personajes femeninos en la novela. Si echamos un vistazo a los personajes de la trilogía de La Primera Ley veremos que las mujeres escaseaban. El propio Abercrombie lo admitió, y no tardó en corregir esto en sus siguientes novelas. En La Mejor Venganza la protagonista era una mujer, Monza Murcatto, igual que Espina Bathu lo era en Medio Mundo, la segunda parte de la trilogía del Mar Quebrado. Bueno, pues esta vez los personajes femeninos son decisivos y además son interesantísimos. Que al final, con todos los respetos, se trata de crear buenos personajes, sean del género que sean.

En Un poco de odio tenemos a Savine dan Glokta, uno de mis favoritos. Empieza la novela descrita como una mujer intocable que parece estar por encima del resto de los mortales. Pero su evolución es genial. También está Rikke, que tiene el don del ojo largo y cuyo papel será decisivo en la batalla que se libra en el norte. Luego está Liddy, la mujer de Toro Broad. Gracias a su inteligencia su familia parece por fin avanzar por el buen camino. Y no puedo olvidarme de Vick, una inquisidora que se convence a sí misma de que ella es dura y fría, porque lo ha pasado realmente mal en los campos.
 
Lo que está claro es que Un poco de odio es Abercrombie en estado puro, y lo es también en la manera de tratar la violencia y los duelos. El escritor inglés no se corta un pelo, aunque sí corta unos cuantos miembros en las batallas de su libro. Hay sangre, cráneos aplastados y lo que sea menester. Y como siempre, desmitifica a los guerreros legendarios, porque la realidad es la que es. ¿Quién termina venciendo? ¿El mejor guerrero o el que aprovecha mejor su momento? Si habéis leído algo de Abercrombie ya conocéis la respuesta.

En fin, que Un poco de odio me ha encantado. Tiene todo lo bueno de los libros de Abercrombie: personajes redondos, diálogos interesantísimos y buenas cantidades de sangre. Pero me ha enganchado más aún que otros de sus libros porque tiene más acción y porque me ha encantado cómo trata el tema de la industrialización. La primera parte de la trilogía La era de la locura merece mucho la pena.

Cinco bigotazos para Un poco de odio.




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